Cuento antitaurino
José Enrique Zaldivar ha colgado en el Blog de SADE este cuento antitaurino en el que describe la situación que vive un toro que es toreado en una corrida, como respuesta ante las declaraciones del doctor Illera, profesor de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid (y profesor mio ), en las que afirma que el toro no sufre durante esta "fiesta".
En este cuento incluye José comentarios sobre aspectos fisiológicos en los que se basa el doctor Illera, mostrando los errores de su estudio. Se entiende bastante bien, pero aunque no tengas conocimientos de endocrinología, recomiendo que lo leas. Merece la pena.
Colocare un link para poder leer el cuento completo, y pegare aquí una parte, no demasiado técnica.
Link para leer el cuento completo: Cuento antitaurino
Fragmento
El torero se ha situado frente a mí, me mira, ha sacado algo de detrás del trapo rojo. Apunta con el utensilio hacía mí, me enseña el trapo por debajo de mi cabeza, la bajo y embisto. He sentido otro enorme dolor, he sentido que algo se ha rasgado en mi interior, me falta el aire, creo que mis pulmones se han roto, alguno de mis grandes vasos sanguíneos, ha sido seccionado.
Mis pulmones se encharcan, me tambaleo, me estoy muriendo. Un gran vómito de sangre sale de mi boca y mi nariz. A paso lento, muy lento, me dirijo a algún sitio donde apoyarme, mis patas ya no me sujetan, estoy cerca de lo que llaman el burladero. ¿Tendrá esto algo que ver con eso que llaman hacer burla? Yo creo que sí, durante un rato se han burlado de mí, haciéndome “entrar al trapo”, haciéndome cargar contra un caballo que yo creía que me hacía daño, haciéndome correr hacia un señor con banderillas en sus manos.
La peor burla ha sido la última: el matador ha tirado su trapo al suelo, me ha hecho bajar la cabeza, embestir y me ha clavado su espada. Me he tumbado, quiero que me dejen en paz, quiero morir. Pero no, “ellos no quieren que sufra”. Lo
que en realidad quieren es que nadie vea mi agonía. Tiene gracia, llevo agonizando desde hace mucho rato y ahora se preocupan de la estética.
Con mis ojos vidriosos, empañados por las lágrimas veo a un hombre que se acerca, se ha agachado ligeramente y me ha insertado algo en el cuello. Siento otro profundo dolor, me ha seccionado la médula, y yo convulsiono. Esto se ha terminado.Ya no tendré nunca la oportunidad de descargar cortisol, catecolaminas o betaendorfinas. ¿Para qué?
7 comentarios:
...espeluznante... por más que me lo expliquen no puedo aceptarlo. No es arte, no es cultura... es barbarie.
Gracias por colgar mi cuento en tu blog. Te conocí en mi otro blog, el que utilizo para contar cosas un poco más "profesionales" que en el de Sade. Son los dos polos de mi personalidad. He enlazado el tuyo desde el blog veterinario. Sigue así que vas por buen camino.
Catboy: totalmente de acuewrdo contigo :).
Sade: Gracias a ti por escribirlo. Me parecio magnifico. Acabe por casualidad en ese blog, no recuerdo como, y al principio no lo asocié contigo, pero enseguida me di cuenta al leerlo.
Es un conjunto magnifico de argumentos, y no pude resistir el colgarlo aca :). Tengo poquisimo tiempo, mas ahora con los examenes encima... asi que no puedo dedicarme tanto a los blogs como quisiera... pero si encuentro algo que merece tanto la pena no me cuesta apenas tiempo ponerlo aca, para que los pocos que vean mi blog puedan acceder a ello.
Un placer :).
Gracias. A estudiar, que es muy importante. A ver si acabas pronto, que estoy buscando un veterinario para la clínica y no sabes lo que me está costando.
Hola, me llamo Cris y soy de Valencia. He cortado y pegado un fragmento de tu cuento para colgarlo en mi fotolog, espero q no te moleste.. solo queria mostrar a la gente las barbaridades q se cometen en los ruedos y he pensado que tu cuento era el mejor argumento q podia dar. Un saludo =)
www.fotolog.com/crisramos
Ya he contestado en tu fotoblog cris :).
EStoy segura de que a sade, el autor del cuento, no le importa que hayas colgado un fragmento :).
Besos.
Saludos a Chris y a Ariadna. Gracias y no hay ningún problema en mi que utiliceis mi cuento.
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